¿Estrenas tu primer iPhone? Es un momento emocionante, sin duda. Pero si estás dando tus primeros pasos con un dispositivo Apple, hay varios errores comunes que podrías cometer sin darte cuenta. En esta guía te mostramos qué no debes hacer con tu nuevo iPhone y cómo configurarlo correctamente desde el inicio para aprovechar al máximo todas sus funciones.
1. Cerrar aplicaciones en segundo plano constantemente
Uno de los errores más comunes que cometen los nuevos usuarios de iPhone es pensar que cerrar manualmente las aplicaciones en segundo plano mejorará la velocidad del dispositivo o prolongará la duración de la batería. Esta práctica, aunque bien intencionada, en realidad es innecesaria y, en muchos casos, perjudicial.
A diferencia de Android, donde algunas apps pueden seguir ejecutándose activamente en segundo plano, iOS está diseñado para gestionar la multitarea de forma muy eficiente. Cuando cambias de una aplicación a otra, el sistema “congela” automáticamente las apps que no estás usando, lo que significa que no están consumiendo batería ni recursos mientras están en segundo plano.
Cuando forzas el cierre de una app desde el selector de aplicaciones, estás obligando al sistema a eliminarla completamente de la memoria. La próxima vez que la abras, iOS tendrá que cargarla de nuevo desde cero, lo cual consume más energía que si simplemente la hubieras dejado en pausa.
Apple ha explicado esto en múltiples ocasiones, y muchos expertos coinciden: cerrar apps de forma habitual no solo no ayuda, sino que puede empeorar el rendimiento y la duración de la batería. Lo recomendable es dejar que el sistema se encargue del manejo de las apps y cerrar solo aquellas que se están comportando de forma errática o que claramente están fallando (por ejemplo, si se congelan o no responden).
2. No configurar iCloud correctamente
Muchos usuarios nuevos subestiman el papel fundamental que juega iCloud en la experiencia del iPhone. Piensan que se trata solo de una especie de "disco duro en la nube", pero en realidad, iCloud es mucho más que eso: es el centro de sincronización y seguridad que une todos tus dispositivos Apple.
Con iCloud puedes hacer copias de seguridad automáticas, sincronizar tus fotos, vídeos, contactos, calendarios, notas, y hasta los datos de tus aplicaciones. Si no configuras correctamente esta herramienta desde el primer día, podrías perder información valiosa en caso de pérdida, daño o robo del dispositivo.
Para configurarlo correctamente:
- Accede a Configuración > Tu nombre > iCloud.
- Activa Fotos de iCloud para que todas tus imágenes se sincronicen automáticamente en la nube.
- Ve a iCloud > Copia en iCloud y asegúrate de que el respaldo automático esté activado.
El plan gratuito incluye solo 5 GB de almacenamiento, lo cual suele ser insuficiente para la mayoría de los usuarios. Afortunadamente, Apple ofrece planes económicos (desde 0,99 €/mes) que te permitirán ampliar tu espacio y mantener a salvo toda tu información.
Además, configurar iCloud correctamente te facilita cambiar de dispositivo en el futuro. Solo con iniciar sesión en tu cuenta, todo tu contenido y configuración se restaura en minutos. No es exagerado decir que iCloud puede ser la diferencia entre recuperar tus recuerdos… o perderlos para siempre.
3. Ignorar la app "¿Dónde está?"
Otra función subestimada por los nuevos usuarios es la aplicación ¿Dónde está?, que se ha convertido en una herramienta vital para la seguridad de tu iPhone. Esta app te permite localizar tu dispositivo si lo extravías, aunque esté apagado o sin conexión gracias a la red de otros dispositivos Apple.
Activar esta función es muy sencillo pero esencial. Solo necesitas ir a Configuración > Tu nombre > Buscar mi, y asegurarte de que estén activadas las opciones Buscar mi iPhone, Red de Buscar y Enviar última ubicación.
Si pierdes tu iPhone, podrás rastrearlo desde otro dispositivo Apple o desde la web icloud.com/find. Incluso puedes bloquearlo remotamente, mostrar un mensaje con tus datos de contacto o borrar todo el contenido para proteger tu privacidad.
Además, la app permite compartir tu ubicación en tiempo real con amigos o familiares, lo cual puede ser muy útil en situaciones cotidianas o de emergencia. Muchos padres usan esta función para saber si sus hijos llegaron bien al colegio o para coordinarse con su pareja en actividades diarias.
4. Postergar actualizaciones de software
Muchos usuarios tienden a posponer las actualizaciones de iOS por miedo a posibles errores, cambios en la interfaz o simplemente por pereza. Sin embargo, aplazar estas actualizaciones puede dejar tu iPhone expuesto a vulnerabilidades, afectar el rendimiento del sistema y hacer que te pierdas nuevas funciones que mejoran la experiencia de uso.
Apple lanza con frecuencia actualizaciones no solo para añadir mejoras visuales o nuevas herramientas, sino también para aplicar parches de seguridad críticos. Estas correcciones están diseñadas para cerrar brechas que podrían ser aprovechadas por hackers o software malicioso. Por ejemplo, iOS 18.4.1 resolvió una vulnerabilidad que permitía ejecutar código malicioso sin necesidad de que el usuario interactuara con nada. Eso significa que, sin actualizar, tu iPhone podría estar abierto a ataques invisibles.
Además, las actualizaciones mejoran la compatibilidad con apps, corrigen errores conocidos que afectan la batería o el rendimiento y preparan tu dispositivo para futuras versiones. No actualizar puede causar que ciertas apps dejen de funcionar correctamente o que experimentes errores que ya han sido solucionados en versiones más recientes.
Para actualizar tu iPhone correctamente:
- Abre Configuración > General > Actualización de software.
- Comprueba si hay una versión disponible y pulsa Descargar e instalar.
- Lo ideal es hacerlo durante la noche, con el dispositivo conectado al Wi-Fi y al cargador, para que no interrumpa tu uso diario.
También puedes activar las actualizaciones automáticas para que tu iPhone se mantenga siempre al día sin intervención manual. Solo ve a Configuración > General > Actualización de software > Actualizaciones automáticas y actívalas.
5. Descuidar la configuración de privacidad y ubicación
Aunque Apple es reconocida por su fuerte enfoque en la privacidad, eso no significa que todas las configuraciones estén optimizadas por defecto. Si no revisas a fondo estas opciones, podrías estar compartiendo más información de la que te imaginas con aplicaciones de terceros o incluso con servicios que no necesitas.
En tu iPhone, puedes tomar el control de tu privacidad fácilmente desde Configuración > Privacidad y seguridad. Desde ahí, puedes gestionar qué apps tienen acceso a datos sensibles como tu ubicación, cámara, micrófono, contactos o fotos. Muchas aplicaciones piden permisos de más por defecto, y es tu responsabilidad limitar ese acceso a lo estrictamente necesario.
- Revisa los permisos uno por uno: ¿realmente necesita esa app acceder a tu micrófono o a tu galería?
- Desactiva el rastreo de aplicaciones desde la sección Seguimiento. Esto evita que apps compartan tu comportamiento con anunciantes.
- Activa Modo de bloqueo si eres un usuario de alto riesgo (como periodistas o defensores de derechos humanos), lo cual aumenta las defensas del sistema contra ataques sofisticados.
- Habilita la Protección contra dispositivos robados para evitar cambios críticos en caso de pérdida o robo.
Además, es importante revisar Servicios de ubicación. Aquí puedes decidir qué apps pueden conocer tu ubicación, y si lo hacen con precisión o de forma aproximada. Desactiva la opción Ubicación precisa para apps que solo necesitan una idea general de dónde estás, como apps del clima o mapas no críticos.
6. Usar un código de acceso débil
Aunque el Face ID o Touch ID pueden parecer suficientes para proteger tu iPhone, el código de acceso sigue siendo la barrera de seguridad más importante. Si alguien consigue tu dispositivo, lo primero que intentará es desbloquearlo para acceder a tus datos o cambiar tu contraseña de Apple.
Usar códigos como "1234", "0000" o tu fecha de nacimiento es extremadamente riesgoso. Existen bases de datos con los códigos más usados que facilitan que alguien acceda a tu dispositivo en segundos. Y lo peor: si acceden, pueden cambiar tu ID de Apple, bloquearte el acceso y hasta borrar todos tus datos.
Te recomendamos lo siguiente:
- Usa un código numérico de al menos seis dígitos. Evita patrones simples o repetitivos.
- Para mayor seguridad, configura una contraseña alfanumérica. Aunque sea más incómoda de ingresar, es mucho más segura.
- Activa la opción de Protección contra dispositivos robados. Esta función añade tiempo de espera obligatorio para realizar acciones sensibles como cambiar el código, cerrar sesión o borrar el dispositivo. Es una excelente medida extra si pierdes el móvil.
También puedes configurar tu iPhone para que se borre automáticamente tras 10 intentos fallidos de código. Esto es ideal si manejas información sensible.
Conclusión: Domina tu iPhone desde el día uno
Convertirte en un usuario experto del iPhone no requiere conocimientos técnicos avanzados, solo un poco de atención y buenos hábitos desde el principio. Evita estos seis errores comunes y estarás maximizando la seguridad, el rendimiento y la experiencia de uso de tu dispositivo.
Tu iPhone no es solo un teléfono: es una herramienta poderosa que centraliza tu información, tu entretenimiento y tu productividad. Aprende a dominarlo desde el primer día y aprovecha todo su potencial con tranquilidad y confianza.
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